martes, 16 de noviembre de 2010

Los movimientos estudiantiles no son manifestaciones nuevas o modernas
sino han existido desde la fundación misma de las universidades. Sin embargo,
su estudio no concitó la atención que se merecía dentro de la historiografía
universitaria hasta hace relativamente poco tiempo, quizás porque esos “actores
flotantes”, como los denomina Bourdieu, no eran considerados importantes.
Cada movimiento estudiantil tuvo sus particularidades según la época
histórica en que se produjo su entorno geográfico o la situación política
imperante, aunque a veces, dadas sus características comunes se pueden
agrupar.
En América Latina durante la época colonial se cuenta con ejemplos de
protestas estudiantiles en diversas casas de altos estudios con motivaciones
muy disímiles. Después de la expulsión de los jesuitas hubo en algunas de las
universidades o colegios dependientes de esa Orden reacciones estudiantiles
en defensa de los expulsos. Más tarde, los jóvenes reclamaron y protestaron
por los estudios que se les impartían, atacando la filosofía peripatética, la
enseñanza del latín o criticando las estrictas normas de la administración
universitaria.
Los criollos que viajaron a Europa por distintos motivos fueron verdaderos
agentes de renovación cultural y después del proceso independentista las
motivaciones de los movimientos estudiantiles fueron otras. Se reclamaba
por una educación ilustrada, por el laicismo y por la implantación de nuevos
planes de estudios.
Las organizaciones estudiantiles nacieron prácticamente con el siglo
XX. Muy temprano los estudiantes universitarios de distintos países
americanos inspirados en las nuevas corrientes de pensamiento manifestaron
la necesidad de realizar cambios en el sistema educativo vigente y comenzaron
a organizarse con distintos fines. La sobrevivencia de estas primeras
organizaciones dependió de la capacidad para atraer nuevos miembros o para
conectarse con otros grupos con ideas similares o idénticos fines pero cada
movimiento estudiantil tuvo diferentes causas. En Chile, por ejemplo, hubo en
1906 una gran protesta por la intervención gubernamental para designar un
rector y como respuesta se fundó la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile. Al año siguiente, en la Universidad de San Marcos
Lima, se constituyó el Centro Universitario.
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En Argentina también hubo – a comienzos del siglo XX – agitaciones.
En 1903 se produjo una larga huelga en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires a raíz de la solicitud de rebaja de aranceles y
reformas en la ordenanza de los exámenes. En 1904, parte de dichos reclamos
fueron escuchados, no así el tema de la eliminación de la Academia. En 1906
hechos similares se reiteraron en la Facultad de Medicina lo que permitió
aunar los intereses de los distintos centros de estudiantes quienes, en junio de
1908, convocaron a constituir una Junta Universitaria Provisoria la que se
transformó, el 11 de septiembre, en la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Buenos Aires (FUBA) con un amplio criterio de lucha.
Este contexto posibilitó que un grupo de jóvenes de las diferentes casas
de estudios americanas participaran del I Congreso Internacional de
Estudiantes Americanos que se desarrolló en Montevideo entre el 26 de enero
y el 8 de febrero de 1908 y que puso al descubierto que las universidades
latinoamericanas a comienzos del siglo XX mantenían muchas de sus
estructuras coloniales, además de contar con presupuestos bajos que impedían
el desarrollo de la ciencia y la tecnología como lo estaba necesitando el
incipiente desarrollo industrial de algunos países del continente. Es interesante
destacar que si bien es cierto que la presencia de la mujer en las universidades
de la mayoría de los países latinoamericanos se produjo al filo de los siglos
XIX y XX, su voz se hizo sentir desde esta primera reunión lo que demuestra
que si bien cuantitativamente eran pocas, estaban dispuestas a tener
protagonismo en los movimientos estudiantiles que se produjeron luego.
A partir de entonces, las publicaciones estudiantiles y algunos pensadores
latinoamericanos comenzaron a ejercer como órgano de enlace entre los
distintos movimientos estudiantiles. Dos escritores enfatizaron una fuerte
crítica del paradigma norteamericano: el nicaragüense Rubén Darío y el
uruguayo José Enrique Rodó, pero sería el pensamiento de este último quien
encontraría amplia acogida en las universidades de América Latina. En abierto
rechazo a la invasión yanqui en la guerra de independencia de Cuba en 1898,
éste había publicado en 1900 su obra titulada “Ariel”, donde opuso al
imperialismo norteamericano, la espiritualidad americana; criticando el
capitalismo e imperialismo del país del Norte y sugiriendo para América Latina
formas culturales similares a la de los países de Europa occidental, que
aparecían ante sus ojos como menos agresivos.
Para la época, su fórmula fue un acicate para diversos sectores de la
burguesía latinoamericana del siglo XX, que aspiraban a un pensamiento
nacional, antiimperialista y socialista. Los estudiantes universitarios conocían
su pensamiento y pronto se pronunciaron sin vacilaciones a favor de la Cuba
independiente. Además su tesis se convirtió en la “Biblia” de muchos, en
tanto concebía a la universidad como el medio a través del cual se podía
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conocer la realidad americana y, a la vez, promover una conciencia de
pertenencia a América. Otros contemporáneos a Rodó como Martí,
Vasconcellos, Ingenieros, Carlos Vaz Ferreira, dieron a los movimientos
estudiantiles los elementos necesarios para sostener la necesidad que el
intelectual tenía la obligación de pensar sobre el estado y futuro de su
comunidad en tanto el tiempo histórico así lo requería. Ellos ejercieron gran
influjo en los jóvenes latinoamericanos que comenzaron a reaccionar contra
el positivismo.
Sin embargo, el descontento juvenil que además pretendía lanzar
proclamas americanistas integradoras no modificó la realidad universitaria
y la reforma de fondo se demoraba. Ante esa situación los jóvenes
comenzaron a organizarse y decidieron tomar riendas en el asunto.
Montevideo primero y, luego, Córdoba en 1918, marcaron el punto de partida
de una rebelión contra esa universidad atada a tiempos pasados, a la vez
que demostraron la necesidad de contar con instituciones progresistas,
autónomas y capaces de profundizar los cambios sociales que se necesitaban
acorde a los tiempos que se vivían. Entre medio, hubo otros congresos
donde los jóvenes americanos intentaron imponer el ideario reformista que
incluía una integración continental: Buenos Aires en 1910 y Lima en 1912.
El cuarto encuentro planificado en Santiago de Chile para 1914 fue
suspendido en razón del estallido de la primera guerra mundial.
Luego del 1918 los movimientos estudiantiles se desencadenaron
en América: Lima - Perú - en 1919; La Habana Cuba en 1923 y
México en 1929. Colombia registró en pocos años trece conflictos
estudiantiles que reclamaron mejoras académicas, destitución de algún
rector o implantación de la autonomía. Un referente obligado de esos
movimientos fue Germán Arciniegas que, en los años 1920, editó una
revista denominada Universidad, en cuyas páginas se plasmaron los
ideales de renovación. Desde allí se informó sobre las vicisitudes de
los diferentes movimientos estudiantiles de América denunciando -por
ejemplo- los atropellos contra los estudiantes venezolanos de 1921 o
destacando las actitudes de un talentoso rector de Universidad como
José Vasconcelos en México, a la vez que se incitaba a la nueva
generación latinoamericana a luchar contra las tiranías internas y las
tutelas exteriores y a confiar en su libertad e integridad. Es decir, los
problemas universitarios se mezclaban con ideas latinoamericanistas,
un cierto socialismo liberal y un acendrado anticlericalismo.
Esto se hizo más notable a partir de los años sesenta cuando los
movimientos de liberación nacional y las guerrillas en Latinoamérica
desarrollaron una crítica a las sociedades opulentas del bloque que lideraba
Estados Unidos. Los jóvenes universitarios -que ahora leían a Marcause10
mostraron síntomas de rebeldía. La liberación sexual corrió de la mano de
la incorporación masiva de las mujeres a las universidades. El punto álgido
de dichas protestas fue el Mayo francés del ´68, símbolo de una época de
romántico idealismo pero, a la vez, de un movimiento antiimperialista y
anticapitalista. En esa protesta se plantearon preceptos claves para entender
los sucesos de México de meses posteriores o los de la Argentina de los
años subsiguientes. Infinidad de reclamos estudiantiles de esta época tuvieron
como blanco la lucha contra determinado sistema político lo que los llevó a
realizar alianzas con el sector obrero y sindical.
Por todo lo antedicho es interesante destacar la importancia que tiene
este número de la Revista dedicado a analizar distintos procesos de luchas
estudiantiles en Latinoamérica.

Movimientos Estudiantiles en la UPTC


En 1979 en la UPTC, así como en otras universidades públicas y privadas, no
existían organizaciones estudiantiles, pero ocurrió un hecho que marcaría la vida
universitaria de esta institución: la desaparición del estudiante de ingeniería
Hernando Benítez, considerado líder estudiantil. Para pedir su regreso, se
desarrollò la toma de las calles de Tunja, así como de la Catedral de la ciudad; se
afirma que éste hecho, junto con el apoyo de Monseñor Augusto Trujillo Arango,
marcó la dinámica general que caracterizaba las luchas universitarias y las cuales
se manifestaron a través de la “toma” de la Catedral Primada de Tunja o
Catedralazo: una, por sus formas y métodos de acción y, otra, por su contenido
político. En síntesis, El Catedralazo constituyó una ruptura en las formas y la
acción del Movimiento Universitario Colombiano

lunes, 15 de noviembre de 2010

El movimiento estudiantil en Colombia: Balance y perspectivas para este año


Escrito por: 
Doroteo Zapata (CMR Colombia)
2009 fue un año de importantes movilizaciones a nivel universitario, particularmente durante el segundo semestre. El motivo: la desfinanciación progresiva de las universidades públicas ha terminado en una situación limite, en la que, o se toman medidas drásticas para salvar las casas de estudio de la quiebra, o pronto comenzaremos a presenciar la privatización en masa de muchas de ellas. La deuda conjunta de las 32 universidades públicas llega a los 500.000 millones de pesos, de los cuales, las que se haya en situación mas vulnerable son las de regiones (Atlántico, Valle, Chocó etc.), sin que ello signifique que las mas importantes universidades (UNAL, UdeA, UIS, distrital) estén viviendo la época de vacas gordas, sino tan sólo que pueden sortear por un poco mas de tiempo la crisis profunda que vive la educación pública superior.
La razón de la crisis.
¿Cómo ha sucedido esto? ¿Qué ha originado la crisis, y como superarla? A principios de la década de los noventas, como producto de los cambios operados en el capitalismo global, donde el desarrollo tecnológico y su aplicación a los procesos productivos adquirió un predominio absoluto en el mercado mundial, las universidades de los países atrasados, Colombia entre ellos, se vieron obligadas a replantearse su papel en la esfera pública. Nuestro país orientaba la educación superior tradicionalmente hacia la formación de carreras profesionales, de corte reflexivo, donde el conocimiento como valor en si mismo, independientemente de su aplicación práctica, mantenía una alta legitimidad. Pero ahora, cuando la investigación con fines de aplicación en el campo industrial para mejorar los procesos de producción se ha enseñoreado en la vida académica, y en los países desarrollados estas labores son llevadas a cabo, en la mayoría de los casos, por institutos de investigación privadas sujetas a intereses económicos de multinacionales, la situación obligaba a una reconfiguración de la estructura educativa nacional.
Colombia es un país  capitalista dependiente, sujeto a los vaivenes del mercado mundial, que no cuenta con empresas multinacionales en capacidad de desarrollar investigaciones de punta con vistas a sus objetivos económicos. Luego, las universidades privadas y estatales fueron obligadas a asumir esa situación, y con ello adaptarse a las directrices dadas por el FMI y el BM, basadas en motivaciones económicas, no humanas, sociales y culturales. Se impuso entonces la necesidad de crear grupos de investigación orientados a labores prácticas, la contratación de profesores de posgrado, la compra de equipos técnicos, tecnológicos, informáticos y de laboratorios muy costosos, la ampliación de la cobertura educativa, la creación de nuevas infraestructuras para albergar la población educativa creciente y para los laboratorios etc. Todo esto generaba nuevos gastos, no contemplados en las leyes que rigen el presupuesto nacional, y naturalmente que el Estado no se hizo cargo de atender estas nuevas necesidades de las universidades, sino que las descargó, así sin más, sobre los planteles superiores, con lo que se ha acumulado año a año un déficit presupuestal que amenaza con implosionar las universidades. La adecuación logística de las casas de estudio para los nuevos objetivos, el aumento del gasto proveniente de una cobertura mayor, y particularmente los costes añadidos de la contratación de docentes con doctorado, han creado el caldo de cultivo para la situación explosiva que actualmente se vive.
En estas circunstancias, los fenómenos observados en las dos últimas décadas se hacen muy visibles: las universidades públicas han tendido a autofinanciarse en un alto grado, aumentando matrículas, vendiendo cual empresas privadas servicios de extensión, ofreciendo cada vez más nuevos diplomados a costos exorbitantes, contratando con empresas privadas proyectos de investigación con objetivos económicos, no sociales, disminuyendo drásticamente la proporción de profesores de planta en comparación con docentes de cátedras pésimamente pagados, e incluso, en una acción sumamente repudiable, demandando a sus propios trabajadores jubilados para evitar tener que asumir la responsabilidad de pagar las pensiones de estos, adquiridas en años de trabajo duro en beneficio de toda la comunidad educativa. La universidad pública, bajo este esquema, no se ha transformado en un casa de investigación, como gustan de decir las administraciones, sino en empresas académicas que compran y venden, que negocian con un derecho fundamental, que actúan bajo el principio capitalista del beneficio público, y no bajo la misión social de beneficiar a los hijos de los trabajadores, de los campesinos y del pueblo en general, que sólo pueden acceder a una educación de calidad si es en universidades públicas. Como diría Marx, en la era del capital todo lo sólido se desvanece en el aire, y ahora la universidad muestra su faz empresarial, como cualquier otra industria del mercado.
A Pesar de esto, la universidad pública sigue siendo frágil en la lógica del mercado, y su situación agoniza día a día y año a año. Y el logro de objetivos parciales en materia de investigación no ha significado una mejora, sino una reducción, de la calidad de la educación, pues se ha separado una elite intelectual de investigadores y estudiantes en laboratorios, del conjunto del estudiantado y el profesorado, que estudia y labora en condiciones de marginalidad, hacinamiento y precariedad de recursos logísticos, bibliográficos y materiales.
Lo que sucedió  el año pasado.
En septiembre del año pasado, como comentábamos arriba, se dio un inusitado movimiento de protesta universitaria contra la desfinanciación de la educación pública, que fue originado por las acciones legales de los rectores de las casas de estudio, pero en el cual el movimiento estudiantil y magisterial rápidamente recogieron la batuta y abanderaron las movilizaciones masivas que pudimos observar en televisión durante octubre y noviembre. El Gobierno, en un show mediático que buscaba confundir al pueblo sobre la situación real de la educación universitaria pública, presentó como un gran “logro” el que se destinasen 160.000 millones para las universidades. Pero lo cierto es que esos fondos ni solucionan la crisis del sector, ni siguieran ponen un parche a la misma, tan solo representan una escandalosa cortina de humo.
En efecto, del presupuesto extraordinario aprobado, 70.000 millones serán destinados al ICETEX, para “subsidiar la demanda”. Esto quiere decir, en lenguaje llano, que en vez de darle ese presupuesto a las universidades para subsanar los costes de funcionamiento (planta docente, equipos, laboratorios etc.), la usan para darle créditos a estudiantes que deseen acceder a la educación superior, sea esta pública o privada, y el caso es que, de una parte, estos créditos son casi imposibles de conseguir, y de la otra, los intereses son tan costosos que al terminar la carrera, lo único que se tiene claro es que se ha hipotecado la propia vida. Luego, el gobierno no subsanó el problema, sino que hizo de él un negocio, algo que nuestra “burguesía nacional” sabe hacer muy bien a costa de los hijos e hijas de los trabajadores.
Luego, otros 30.000 millones, son destinados a COLCIENCIAS, para proyectos de investigación. Esto tampoco es un regalo, sino un sobrecosto para las universidades. Efectivamente, cuando estas acceden a contratos de investigación, tienen que poner de su bolsillo una parte del financiamiento de los mismos, de lo cual resulta que en vez de ayudar a su presupuesto, el para-gobierno le ha clavado aún más la daga con que quiere liquidarlas. Otros 19.000 millones, no son más que un ajuste del presupuesto, porque el presupuesto proyectado para 2009 se quedó corto frente a la inflación. En fin, que los 40.000 millones restantes, apenas si compensan lo que las universidades pierden por descuentos a estudiantes que hayan votado en las elecciones. En últimas, ese “gran logro” se resume en nada de nada.
Lo único sobresaliente de la situación fue la magnífica movilización estudiantil, que no se veía desde hace ya varios años. La presión económica sobre las universidades es tal, que los universitarios no podían menos que expresar su rechazo, en acciones contundentes y muy creativas: además de las tradicionales e importantísimas asambleas, marchas, mítines, se pudieron observar manifestaciones artísticas de gran repercusión social, que permiten esperar importantes avances para el presente año, donde la lucha será, de seguro, aún más enconada.
La tarea: construir el frente universitario y ampliar el movimiento a escala nacional.
El presente año será  de duras confrontaciones y luchas en defensa de la educación pública universitaria. Las universidades no aguantan más la asfixia económica a que las somete el Estado burgués, y aunque han podido sostenerse con medidas de autofinanciación y austeridad que, como siempre, se descargan sobre los docentes de cátedra, sobre los trabajadores no docentes, la matrícula de los estudiantes y la calidad de la educación, esta situación no podrá sostenerse por mucho tiempo. Esa es la razón de la queja de los rectores el año pasado, que detonó el actual movimiento, y es el motivo por el que en 2010 promete una intensificación de la protesta estudiantil en todo el país.
Ahora bien, para llevar a cabo de manera efectiva la lucha por la educación, es fundamental apuntar a la unidad de los estamentos que conforman la universidad, en un FRENTE UNIVERSITARIO en defensa de la educación pública estatal. Durante mucho tiempo, las luchas de los estudiantes, de los profesores, de los jubilados y de los trabajadores no docentes han seguido caminos paralelos y hasta opuestos, y en ello radica uno de los principales obstáculos hacia una lucha efectiva. La desfinanciación de la educación es un fenómeno multilateral, que ataca por igual a los profesores (cada vez más precarizados como docentes de cátedra, con miserables salarios y condiciones que generan desidia académica), a los jubilados (que están viendo atacado su derecho legítimo a las pensiones), a los trabajadores (que luchan por mantener un salario digno) y, sobre todo, a los mismos estudiantes, hijos de obreros, de desplazados, de campesinos, de la clase media, que están recibiendo una educación de mala calidad, con matrículas que se incrementan, sin recursos para laboratorios y bibliotecas, sin servicios de bienestar universitario etc. La premisa fundamental de la lucha por venir es la unidad de los estamentos en un frente unido.
Para ello, es imprescindible la formulación de un PROGRAMA conjunto, una plataforma de reivindicaciones que abarque las demandas de todos los sectores, que sea defendida por todos. Igualmente, un espacio deliberación, formación y discusión común (asambleas tetraestamentarias). De un órgano de expresión conjunto (revista) y de hojas volantes consensuadas. Por ultimo, la lucha requiere de aliados estratégicos en el orden nacional, tales Como el movimiento obrero, los campesinos e indígenas, además del movimiento por el derecho a la salud que se está gestando en respuesta a los decretos de la “emergencia social”. Esta pelea necesita de una amplia coalición de sectores y clases, pues el derecho a la educación, vital para las y los hijos de la clase obrera y del pueblo en general, no es marginal, sino complementario a la lucha por un mejor salario, por vivienda digna, por el derecho a la salud, el reparto de la tierra y demás. La clave esta en la unidad, y la tarea en el saber construirla, con esfuerzo, disciplina y paciencia.
El problema fundamental de la educación pública, universitaria o no, radica en el modo de producción capitalista, que reduce la producción de conocimiento a una técnica de producción, aísla al conjunto de las personas del acceso a la formación integral en beneficio de una única clase, dueña del capital y de las condiciones necesarias para acceder a una educación de calidad, elimina los centros de estudio y nos condena a una situación de postración permanente bajo el dominio despótico de una clase burguesa represora, opresora y negadora de los derechos más básicos. En última instancia, la solución del problema educativo demanda la supresión del dominio del capital sobre el trabajo, de la anarquía de la producción y de la explotación del hombre por el hombre. Los estudiantes tenemos el deber de marchar con los estamentos en defensa de la universidad pública, pero a la vez de posicionarnos claramente al lado del movimiento obrero, aportando decididamente en el fortalecimiento del mismo, cuyos intereses coinciden con los de la sociedad toda.

Fecha: 
03 de marzo de 2010

Reforma universitaria


La Reforma Universitaria es el nombre que recibe un movimiento político-cultural promovido por el movimiento estudiantil que se inició en junio de 1918 en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) y que se extendió por toda América Latina y en menor medida España y otros países. En un sentido genérico Reforma universitaria es el nombre que corresponde a la reforma de las estructuras, contenidos y fines de la universidad.
Algunos investigadores han vinculado el movimiento de Reforma Universitaria latinoamericano, sobre todo el ocurrido en los años 1960, con el Mayo francés de 1968, y el movimiento pacifista y por la libertad de expresión (free speech movement) que tuvo su epicentro en la década de 1960 en la acción de los estudiantes de la Universidad de Berkeley y otras universidades norteamericanas.
El término "reformista" se utiliza para designar a las organizaciones y personas que adhieren a los principios de la Reforma Universitaria. La Reforma Universitaria ha impactado en varias generaciones de activistas, escritores, intelectuales, científicos, artistas y políticos, que han adherido a sus principios de democratización de la cultura y la enseñanza. Varios presidentes latinoamericanos se iniciaron en la actividad política como militantes reformistas.

] Historia

Aunque el movimiento de Reforma Universitaria latinoamericano se opuso fuertemente al clericalismo y la concepción medieval-colonial de la universidad, encuentra un lejano antecedente en la aparición misma de la universidad europea medieval, organizada como comunidad (universitas) de estudiantes y maestros.
El papel principal que han tenido los estudiantes en el modelo de universidad europea, trasplantado luego a América Latina por el Imperio español, originó una dinámica estudiantil interna que generó inumerables movimientos de protesta y rebelión juvenil.

 Antecedentes: el movimiento de enseñanza libre

En la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX, relacionado con la generalización de la democracia por medio de la conquista del sufragio universal, emergió una corriente educativa que replanteaba las tradicionales relaciones de autoridad en la educación y la enseñanza, para poner el acento en el protagonismo del estudiante.
En el mundo hispanoamericano, fue la Institución Libre de Enseñanza, inspirada por Francisco Giner de los Ríos, la que impulsaría una dinámica de reforma educativa a partir de la idea de libertad. Paralelamente, el surgimiento del modernismo, una corriente literaria iniciada en América Hispana por el nicaragüense Rubén Darío, concretaba un proceso de descolonización de la lengua española que tendría importantes consecuencias culturales, trascendiendo las fronteras de los meramente literario.
En esas condiciones, a comienzos del siglo XX, los estudiantes universitarios de América Latina comenzaron a crear sus propias organizaciones. Aparecieron los centros de estudiantes y las federaciones universitarias que los agruparon. Estas organizaciones estudiantiles adoptaron un esquema de asociativo y de acción similar al de los sindicatos, recurriendo incluso en forma sistemática a la "huelga estudiantil".
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), fundada en 1906, fue la primera organización nacional en aparecer.
En la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, se realizó una moderada reforma universitaria en 1905. consultar http://www.reformadel18.unc.edu.ar

La Reforma Universitaria latinoamericana

El "grito" de Córdoba

En 1918 los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron una huelga universitaria en reclamo de profundas reformas universitarias, que se convirtió rápidamente en un amplio movimiento en todo el país y en América Latina, con cierto impacto también en España y Estados Unidos.
En aquel momento la Federación Universitaria de Córdoba hizo público el Manifiesto Liminar que luego se convertiría en el documento básico de la Reforma Universitaria.
El movimiento de Reforma Universitaria se extendió por toda América Latina y se volvió un verdadero movimiento continental y mundial. En el marco del movimiento de Reforma Universitaria en América Latina, en 1921 se realiza en México, el Primer Congreso Internacional de Estudiantes que va a crear la Organización Internacional de Estudiantes.
La Reforma Universitaria tiene también conexiones históricas con otros movimientos estudiantiles y juveniles, aunque sus antecedentes están muchas veces ubicados en la reforma de Córdoba de 1918:

] Los reformistas

El término reformista se utiliza para designar a las organizaciones y personas que adhieren a los principios de la Reforma Universitaria.
La Reforma Universitaria ha impactado en varias generaciones de activistas, escritores, intelectuales, científicos, artistas y políticos Presidentes latinoamericanos
Varios presidentes latinoamericanos han sido activistas o estado íntimamente vinculados con el movimiento de Reforma Universitaria:

Maestros de la Juventud

El movimiento de la Reforma Universitaria ha tenido la costumbre de asignar a algunos intelectuales el título de "Maestros de la Juventud":
Algunos reformistas destacados han sido:
*En Argentina: Deodoro Roca, Gabriel del Mazo, Julio V. González, Alejandro Korn, Homero Manzi, Aníbal Ponce, Sergio Bagú, Guillermo Estévez Boero, Gregorio Klimovsky, Manuel Sadosky, Julio Godio, José Babini, Gregorio Bermann, Oscar Alende, Santiago Pampillón, Ernesto Sabato, Hermes Binner, Marcos Rosa, Ricardo Rojas, Juan Filloy, Gustavo Galland, Federico Storani, Arturo Orgaz.
*En Bolivia: Edgar Millares Reyes,
*En Brasil: Darcy Ribeiro; Josué de Castro
*En Chile: Domingo Gómez Rojas, Jorge Millas Jiménez, Alfredo Demaría, Santiago Labarca, Amanda Labarca, Salvador Allende, Ricardo Lagos, Pablo Neruda (Premio Nóbel), Daniel Schweitzer, Juan Gandulfo, Fernando García Oldini, M. J. Montenegro, José Santos González Vera, Enrique Kirberg
*En Colombia: Germán Arciniegas,
*En Costa Rica: Rodrigo Facio, Isaac Felipe Azofeifa
*En Cuba: Julio Antonio Mella, Juan Antonio Rubio Padilla, Eduardo Chibás, Carlos Prío Socarrás, José Antonio Echevarría, Fidel Castro,
*En España: Luis Jiménez de Asúa,
*En Guatemala: Miguel Ángel Asturias (Premio Nobel), Juan José Arévalo
*En México: Jesús Silva Herzog, Alfonso Reyes Ochoa,
*En Paraguay: [[[Prof. Dr. Luis Alfonso Resck][(http://conadehpy.blogspot.com)]]],
*En Perú: Víctor Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui, Víctor Andrés Belaunde, Luis Alberto Sánchez.
*En República Dominicana: Pedro Henríquez Ureña
*En Uruguay: Carlos Quijano, José Pedro Cardoso, Germán Rama, Carlos M. Rama, Emilio Frugoni, Líber Arce,
*En Venezuela: Carlos D'Ascoli, Raúl Leoni, Rómulo Betancourt, Pío Tamayo, Jóvito Villalba,

 Principios de la Reforma Universitaria

Los principios fundamentales de la Reforma Universitaria son:
  • Autonomía universitaria
  • Cogobierno
  • Extensión universitaria
  • Acceso por concursos y periodicidad de las cátedras
  • Libertad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre
  • Acceso masivo y gratuito
  • Vinculación de docencia e investigación
  • Inserción en la sociedad y rol de la universidad
  • Solidaridad latinoamericana e internacional
  • Unidad obrero-estudiantil

 Autonomía universitaria

El principio de autonomía universitaria sostiene que la universidad debe ser autónoma y auto-gobernada, eligiendo sus propias autoridades sin injerencia del poder político, y dándose sus propios estatutos y programas de estudio. La autonomía universitaria está fundada en la necesidad de evitar que los vaivenes del poder político se traduzcan en cambios arbitrarios de la vida y las autoridades universitarias. Un aspecto secundario aunque de gran importancia es que la autonomía universitaria suele implicar la inviolabilidad de los edificios universitarios por parte de las fuerzas de seguridad.
La autonomía universitaria es un antiguo principio de organización de las más antiguas universidades europeas: las universidades de Bolonia (siglo XI), París (siglo XII), Oxford (siglo XII), Salamanca (1243), Cambridge (siglo XIII), se organizaron sobre principios de autonomía. La idea de autonomía universitaria es llevada por España a sus universidades coloniales en América.
En muchos países del mundo las universidades son autónomas:
  • Argentina: la autonomía universitaria fue reconocida por primera vez en 1919, como consecuencia del movimiento de Reforma Universitaria que se había iniciado en Córdoba el año anterior. Los gobiernos militares tendieron a intervenir las universidades y anular su autonomía; el hecho conocido como la Noche de los bastones largos de 1966 sucedió cuando el régimen militar dirigido por Onganía decidió anular la autonomía universitaria. Desde 1983 las universidades públicas argentinas son autónomas y en 1994 la autonomía universitaria y su autarquía financiera, fue garantizada en la Constitución (art. 75, inciso 19).
  • Bolivia: la autonomía universitaria fue establecida en 1931 como consecuencia del movimiento de Reforma Universitaria impulsado por el movimiento estudiantil y los docentes.
  • Costa Rica: La Constitución de 1949 establece el principio de autonomía universitaria.
  • Chile: la autonomía universitaria fue reconocida en 1931.
  • México: la autonomía universitaria fue establecida en 1929 y garantizada por la Constitución en 1979.
  • República Dominicana: en 1961 se dota a la Universidad de Santo Domingo de autonomía, con lo que pasa a llamarse "Universidad Autónoma de Santo Domingo". En 1962, se eligieron las primeras autoridades bajo el régimen de la autonomía.
  • Perú: la autonomía universitaria fue establecida por primera vez en 1920 como consecuencia de la presión ejercida por el movimiento estudiantil peruano. Con posterioridad ha sido anulada en reiteradas oportunidades hasta ser garantizada en la Constitución (art. 18) a partir de 1979.
  • Uruguay: se establece la autonomía universitaria en 1958 por ley. En octubre de 1973 el gobierno dictatorial de Bordaberry interviene la Universidad. En septiembre de 1983 se realiza una histórica "Marcha del Estudiante" bajo el lema de "fuera la intervención: autonomía y cogobierno". Desde 1984 la universidad es autónoma.
  • Venezuela: se producen graves conflictos entre 1949 y 1951 debido a la falta de autonomía universitaria en la Universidad de los Andes y la Universidad Central de Venezuela (UCV) y las otras grandes universidades del país. En 1958 se sanciona la Ley de Universidades que reconoce la autonomía universitaria plena (art. 9) y la inviolabilidad de sus recintos por ningún organismo de seguridad del estado. En 1969, Rafael Caldera allana la UCV con el pretexto de la existencia de violencia. Sólo hasta 1999 (Gobierno de Hugo R. Chávez F.) es reconocida constitucionalmente la autonomía universitaria en la Constitución Bolivariana de Venezuela.
[editar] Autarquía financiera y presupuesto universitario
El movimiento reformista reclama, como parte del principio de autonomía universitaria, la autarquía financiera de las universidades.
Para garantizar este principio se han propuesto soluciones como la garantía legal de que la asignación presupuestaria para las universidades esté establecida en un mínimo no modificable por los gobiernos.

 Cogobierno

El principio de cogobierno alude al gobierno compartido de la universidad por parte de los diferentes sectores de la comunidad universitaria. El reclamo tradicional de la Reforma Universitaria es el cogobierno igualitario por parte de docentes, graduados y estudiantes. Algunas organizaciones estudiantiles reformistas proponen incluir también a los no docentes.
El cogobierno tiene sus raíces en las universidades medievales que estaban auto-organizadas a partir de los claustros de estudiantes, graduados y docentes que integraban la comunidad universitaria.
  • Argentina: el cogobierno fue establecido por primera vez en 1919, como consecuencia del movimiento de Reforma Universitaria que se había iniciado en Córdoba el año anterior. En varias oportunidades fue anulado. Desde 1983 las universidades públicas argentinas son cogobernadas por estudiantes, graduados y docentes (y en ciertos casos no-docentes).
  • Chile: Desde 1968 y como resultado de las demandas estudiantiles la elección del rector y demás autoridades (decanos) se realizada por claustro pleno (docentes, estudiantes y no docentes) en todas las universidades, medida suspendida después del 11 de septiembre de 1973 por el gobierno militar, que procede a designar los Rectores y demás autoridades
  • Perú: La Constitución (art. 18) define que "la universidad es la comunidad de profesores, alumnos y graduados" y que "participan en ella los representantes..."
  • Uruguay: En 1908 la Asociación de Estudiantes del Uruguay logra la representación estudiantil en los consejos universitarios, por primera vez en América.
  • Venezuela: En 1946 se estableció por primera vez la representación de los estudiantes en el Consejo Universitario, los Consejos de Facultad y las Asambleas de Facultad.

 Extensión universitaria

Con el principio de extensión universitaria se pretende "extender" la presencia de la universidad en la sociedad y relacionarla íntimamente con el pueblo.
Las universidades "reformistas", al igual que los Centros de Estudiantes, suelen tener secretarías de extensión universitaria dedicadas plenamente a llevar los conocimientos universitarios a la sociedad, así como a incorporar a la sociedad a la dinámica universitaria. Exitosos centros culturales como el Centro Cultural Ernesto Sabato de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el Centro Cultural Ricardo Rojas de la Facultad de Psicología de la UBA, y las Universidades González Prada de Perú, son ejemplos de extensión universitaria.

 Acceso por concursos y periodicidad de las cátedras

La Reforma Universitaria sostuvo desde un inicio la necesidad de que las cátedras sean ocupadas por concursos de oposición y antecedentes, y revalidadas periódicamente (periodicidad de la cátedra).

Libertad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre

Véase también libertad académica
Estos tres principios están inseparablemente vinculados:
  • El principio de libertad de cátedra sostiene que cada cátedra tiene completa libertad para investigar y enseñar, y no puede ser supervisada académicamente.
  • La cátedra paralela sostiene la necesidad de que existan múltiples opciones para los estudiantes, quienes a su vez deben poder elegir entre ellas libremente.
  • La cátedra libre es el derecho de todo intelectual, científico, o artista, con idoneidad suficiente, a tener una cátedra para difundir su conocimiento.
El fundamento y objetivo de estos tres principios es garantizar que en la Universidad estén presentes todas las corrientes del pensamiento y las tendencias de carácter científico y social, sin censuras ni prejuicios de ningún tipo.

 Gratuidad y acceso masivo

La Reforma Universitaria propone un amplio acceso a la universidad por parte de la población, y una especial atención a las dificultades para ingresar que puedan encontrar los trabajadores y los sectores con menor poder adquisitivo.
En ese marco muchas organizaciones reformistas defienden la necesidad de que la educación en las universidades públicas sea gratuita, sin arancelamiento de ningún tipo. También suelen pronunciarse en contra de los "exámenes de ingreso" y otros procedimientos que son considerados como "limitacionistas".

 Vinculación de docencia e investigación

La Reforma Universitaria promueve que la investigación científica sea realizada dentro de las universidades y que los investigadores transmitan sus conocimientos originales al resto de la comunidad universitaria y a la sociedad, por medio de la enseñanza.
Típicamente los gobiernos militares tendieron a separar y mantener aislada a la universidad de los centros de investigación.

 Inserción en la sociedad y rol de la universidad

La Reforma Universitaria ha puesto de manifiesto la necesidad de precisar el rol de la universidad con el fin de que esta atienda las necesidades y problemas de la sociedad en que se encuentra inserta.

Solidaridad latinoamericana e internacional

Desde sus orígenes la Reforma Universitaria ha puesto de manifiesto una preocupación importante por los asuntos latinoamericanos, por promover la solidaridad entre los distintos países de América Latina, y por encontrar formas de unidad entre las organizaciones y universidades latinoamericanas.
El Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria comienza con la frase: "La Juventud Argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica...".
El fuerte acento que la Reforma Universitaria ha puesto en promover formas de solidaridad latinoamericana, no le ha impedido desarrollar acciones orientadas a una amplia solidaridad y organización internacional.
En 1921 se organizó el Primer Congreso Internacional de Estudiantes en la Ciudad de México; de esa reunión surgió la Federación Internacional de Estudiantes. En 1925 se organizó, también en México, el Primer Congreso de Estudiantes Iberoamericanos. Allí fueron declarados "maestros de la juventud" Alfredo Palacios, Miguel de Unamuno, José Ingenieros, José Martí y José Vasconcelos Calderón.
En 1937, se organizó en Santiago de Chile el Primer Congreso Latinoamericano de Estudiantes. En 1957 se organizó el Segundo Congreso Latinoamericano de Estudiantes en la ciudad de La Plata (Argentina).

 Unidad obrero-estudiantil

La Reforma Universitaria promueve el principio de unidad obrero-estudiantil. Ello ha llevado a que, en toda América Latina, el movimiento estudiantil y el movimiento obrero mantengan estrechas relaciones, apoyándose mutuamente en sus reclamos y movilizaciones.
El principio también ha impulsado medidas de relación de los trabajadores con la universidad, como cursos universitarios y carreras cortas especialmente diseñadas para trabajadores calificados, así como la contratación de trabajadores con alta especialización para que impartan sus conocimientos a los estudiantes universitarios. La Reforma Universitaria como movimiento cultural
Debido a la relación existente entre la universidad y la producción cultural el movimiento de la Reforma Universitaria ha impactado de tal modo en las formas y contenidos del arte y la ciencia, que es posible considerarla como un movimiento cultural.
Los principios y fundamentos de la Reforma Universitaria, tales como la relación de los intelectuales con el pueblo y la clase obrera, el sentimiento de unidad indoamericana y latinoamericana, el impulso del laicismo en la ciencia, la extensión de la universidad a la sociedad, la defensa de toda forma de democratización de la cultura, etc., han tenido como consecuencia la presencia activa de los reformistas en la producción del arte y la ciencia. Por ejemplo, los Premios Nobel, Pablo Neruda y Miguel Ángel Asturias, que fueron en su juventud activos militantes reformistas, llevaron a su arte muchos de aquellos ideales y sentimientos. El jurista Carlos Cossio, superó la filosofía del derecho de Kelsen, vinculando la norma a la realidad social. El padre de la Reforma Universitaria, Deodoro Roca, hizo del sótano de su casa, un famoso centro cultural mundial. Germán Arciniegas, líder de la Reforma Universitaria colombiana, es uno de los más prolíficos escritores del continente y un descubridor de la realidad histórica de América. Homero Manzi, llevó el tango hasta su más alta expresión uniendo alta poesía y arte popular. La revista Amauta, de José Carlos Mariátegui, fue una revolución cultural en sí misma. Alfredo Palacios, sentó las bases científicas del derecho laboral latinoamericano. Sergio Bagú impulsa la creación de la teoría de la dependencia. David Alfaro Siqueiros, condenado a ocho años de prisión por impulsar manifestaciones estudiantiles reformistas, es uno de los fundadores del muralismo latinoamericano. Diego Rivera fue expulsado de la Academia de Bellas Artes por su participación en el movimiento estudiantil.
La vinculación del movimiento estudiantil y la cultura ha sido expuesta por Violeta Parra en su famosa canción "¡Qué vivan los estudiantes!".
Lo mismo puede decirse de los movimientos universitarios en Estados Unidos y Francia en 1968. Más recientemente, pueden vincularse con la Reforma Universitaria, las amplias manifestaciones juveniles y sindicales en Francia que se desarrollaron a fines de 2005 en oposición a un tipo especial de contrato laboral de aprendizaje que pretendía imponer el gobierno, así como el movimiento estudiantil chileno de 2006, reclamando medidas para eliminar el lucro e incrementar el financiamineto estatal para la educación publica.

movimiento estudiantil en mexico


El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y del IPN, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue reprimido el 2 de octubre de 1968 por el gobierno mexicano en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. El crimen fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación pacífica convocada por Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. Según lo dicho por sí mismo en 1969[1] y por Luis Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz.[2]
Debido a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero las investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado Mexicano.[3]
Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas, así como a alimentar el desarrollo de guerrillas urbanas y rurales y dio cabida al periodo conocido como la Guerra Sucia. La Fiscalía Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), incluye el movimiento del 68 en su informe de febrero 2006 con respecto a dicho periodo.[4]
Autores como Fernand Braudel, Immanuel Wallerstein y Carlos Antonio Aguirre Rojas coinciden en señalar al movimiento de México inserto en un contexto planetario de luchas sociales surgidas y recreadas de las universidades luego de vivirse un periodo de bonanza económica por la Posguerra, siendo Braudel el primero en denominar al movimiento Revolución cultural de 1968, caracterizado por revolucionar para siempre los tres principales espacios de recreación de la cultura: la familia, los medios de comunicación y la escuela.[5]
El 22 de julio de 1968, un incidente de fútbol americano entre la vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM, termina en una gresca. El cuerpo policiaco de granaderos son quienes disuelven a la turba, deteniendo a varios estudiantes e incursionando dentro de las instalaciones de dicha vocacional.[6]
Entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas entran en un paro de labores, los granaderos y el ejército entran a varias de las escuelas, entre ellas, la Prepa 1 en San Ildefonso, donde es destruida una puerta tallada en el siglo XVIII, mediante el disparo de una bazuca.[6]
El 30 de julio de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra en Ciudad Universitaria, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y con un emotivo discurso se pronunciaría a favor de la autonomía universitaria y exigiría la libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1. Ese mismo día encabezaría la marcha por la avenida de los Insurgentes, donde surgió un lema muy común utilizado por el movimiento estudiantil, "¡Únete pueblo!".[6]
El 26 de agosto de 1968, una multitudinaria marcha se dirigió al zócalo capitalino. Fue la primera ocasión en que se insulta públicamente al presidente mexicano, Gustavo Díaz Ordaz. Al finalizar la manifestación, uno de sus líderes se pronuncia a favor de quedarse a esperar una respuesta del gobierno, a escasos días del informe presidencial.[7]
La madrugada del 28 de agosto de 1968, se abren las puertas del Palacio Nacional, de donde salieron tanques del ejército para dispersar a los manifestantes.[7]
El 13 de septiembre de 1968, tiene lugar "La marcha del silencio", donde los manifestantes marcharon con pañuelos en la boca.[6] [7]
El 18 de septiembre de 1968, el ejército invade la Ciudad Universitaria de la UNAM.[7]
El 24 de septiembre de 1968, el ejército invade el Casco de Santo Tomás, uno de los campus del IPN.[7]
El 1 de octubre de 1968, el ejército se retira de la UNAM y el IPN.[7]

El 2 de octubre de 1968

La tarde del 2 de octubre de 1968, un día después de la salida del ejército de los campus de la UNAM y del IPN, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
Mientras tanto, el ejército vigilaba, como en todas las manifestaciones anteriores, que no hubiera disturbios, principalmente porque el gobierno tenía temor de que fuera asaltada la Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Por su parte, miembros del Batallón Olimpia (cuyos integrantes iban vestidos de civiles con un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda) se infiltraban en la manifestación hasta llegar al edificio "Chihuahua" donde se encontraban los oradores del movimiento y varios periodistas.
Primera conferencia de prensa convocada por el Consejo de Huelga de la UNAM el 5 de octubre.
Cerca de las seis de la tarde, casi finalizado el evento, un helicóptero sobrevoló la plaza del cual se dispararon bengalas, presumiblemente, como señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia apostados en el edificio "Chihuahua" abrieran fuego en contra de los manifestantes y militares que resguardaban el lugar, para hacerles creer a estos últimos, que los estudiantes eran los agresores.[8] Los militares en su intento de defenderse, repelieron "la agresión de los estudiantes", pero ante la confusión, los disparos no fueron dirigidos contra sus agresores, sino hacia la multitud de manifestantes que se encontraban en la plaza de Tlatelolco.
Muchos manifestantes que lograron escapar del tiroteo se escondieron en algunos departamentos de los edificios aledaños, pero esto no detuvo al ejército, que sin orden judicial, irrumpieron a cada uno de los departamentos de todos los edificios de lo que conforma la Unidad Tlatelolco, para capturar a los manifestantes.
Aún se desconoce la cifra exacta de los muertos y heridos.[9] El gobierno mexicano manifestó en 1968 que fueron sólo 20 muertos, tres años más tarde, la escritora Elena Poniatowska, en su libro La noche de Tlatelolco publicó la entrevista de una madre que buscó entre los cadáveres a su hijo y reveló que por lo menos había contado 65 cadáveres en un solo lugar.[10]
Jorge Castañeda en su artículo "Los 68 del 68", publicado el 30 de agosto de 2006 en el periódico Reforma escribió:
De acuerdo con el informe histórico, en la Plaza de las Tres Culturas murieron ―cabalísticamente― 68 estudiantes y un soldado...". Y todo uso de la fuerza pública se empezó automáticamente a asimilar al 68, pero al 68 magnificado: al de los 500, no al de los 68. Todo uso de la fuerza se volvió una masacre en potencia..."

Los Juegos Olímpicos

El sábado 12 de octubre de 1968, el presidente mexicano, Díaz Ordaz, inauguró los XIX Juegos Olímpicos, bautizados como "La Olimpiada de la Paz", en ese momento un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial, un papalote de color negro en forma de paloma, en repudio por la matanza del 2 de octubre.

Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado

En enero de 2005, la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), solicitó la aprehensión de 55 personas presuntamente responsables de la matanza de Tlatelolco. En mayo de 2005, la FEMOSPP aseguró que el ex presidente Luis Echeverría sería consignado ante un juez penal federal. Para entonces, la fiscalía consideraba también como sospechosos de la matanza tanto al ex presidente, como al ex procurador general de la República, Julio Sánchez Vargas; al ex agente del Ministerio Público, Salvador del Toro Rosales; al entonces subdirector de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Luis de la Barreda Moreno; y al entonces comandante de un grupo de agentes, Miguel Nazar Haro. En noviembre de 2006 el juez José Mattar, responsable del Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal, ordenó la detención de Luis Echeverría. Se ordenó su arresto domiciliario, debido a su avanzada edad. En julio, un tribunal federal concedió un amparo contra el auto de formal prisión, y se ordenó levantar el arresto domiciliario. El titular del Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal, Jesús Guadalupe Luna Altamirano, exoneró a Echeverría al considerar que no existía alguna prueba que lo inculpara como responsable de los hechos ocurridos cuando fue secretario de Gobernación; si bien determinó que hubo genocidio planeado y ejecutado.
La FEMOSPP dio a conocer en Febrero del 2006 un importante documento sobre el periodo de la Guerra sucia en México en el cual incluyó al movimiento estudiantil de 1968[4